lunes, 29 de junio de 2009

y nos dejamos el corazón en cada batalla que perdemos

Una vez fuimos todas esas canciones que nunca habíamos escuchado, todo aquello que siempre negaste ser, todos los errores que cometimos, todas las palabras perdidas, los amaneceres que nos robó la luna. Todo aquello que quisimos y nunca tuvimos, fuimos, un diciembre que terminó antes de tiempo, el silencio al otro lado del mundo. Mis miedos y tus tropiezos.
Aprendemos de los tropiezos, si. De los portazos, de lo que deja de ser, de las desilusiones, de lo mucho que duele aprender a mirar, de lo difícil que es tomar una decisión, de los últimos días, de la semana más larga que recuerdas, de los silencios, las escaleras a ninguna parte, de ti, de todo lo que dejas allí, de los besos, los abrazos.
De ellos.... Porque en realidad son lo único que importa, la vida empieza ahora, de nuevo - Y que los recuerdos te besen la cara -

Tenía tanto que contarte que nunca supe muy bien por dónde empezar. Prometo acordarme siempre de aquel raro diciembre y aún me pregunto qué parte de tu destino se quedó conmigo.. Podría decirte miles de cosas pero seguramente no sería capaz de decirte todo lo que me llevé de ti.
No sé cómo decirte que se acaba el tiempo, que aunque tu me pierdas, yo siempre me encuentro contigo, que no hay nada en esta casa que no te haga regresar. No me pidas que te toque porque te tocaré. Magia, que nos juramos que duraría para siempre. "Lo tienes justo de frente y nunca podrás tocarlo." De acuerdo, no haré preguntas, no habrá recuerdos.

El día que supe que podría vivir sin ti, aprendí a mirar de reojo.
Dejé de ser la respuesta a todos los mensajes vacíos y se me olvidó que un día compartimos amaneceres, de esos que dan la oportunidad, en un sólo segundo, de pestañear a la vez.
Dejamos que el tiempo una vez más nos gane la batalla, pero tenemos que reconocer que ninguno de los dos intentó ganar, que dejarse llevar era lo más fácil y que el silencio se vuelve suficiente cuando no queda nada que decir, nada que contar, nada que saber ni nada que esperar.


<< Y saber que te echaré de menos, cada mes de enero que viva >>

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