martes, 23 de junio de 2009

Diálogo

- Lo conocí de casualidad, como a todas las personas que conozco, como a ti. La vida está llena de casualidades que esperan ser encontradas, y yo lo encontré. O él me encontró. Aún no estoy muy segura. No recuerdo vida antes de conocerlo, él me robó mis recuerdos en una sola jugada. A veces escucho a la gente decir que nadie puede quitarte los recuerdos, pero ¿sabes qué? es mentira, una estúpida mentira, él me los quitó todos. - clavó sus ojos en los mios y se terminó la copa - No hablo mucho de él porque, aunque ya ha pasado bastante tiempo, aún siento todo tan reciente que podría vomitar mi corazón en cualquier momento.. Saldré, saldré de aquí. Sólo tengo que acabar con algunas cosas antes de cerrar la puerta del todo ¿entiendes? Sólo necesito tiempo - pidió otro vodka con hielo al camarero y continuó - Tiempo. Eso es lo que nadie tiene. En cualquier lugar si pides tiempo te mandan a la mierda ¿no te has fijado? Oye... ¿vas a tomarte la copa?
- ¿Por qué? - me sorprendí al comprobar que no quedaba ni rastro del vodka que acababa de pedir- ¿La quieres?
- No
- No deberías mezclar
- Ya bueno, tampoco debería haberle conocido, ¿vas a bebértela?
- No, no quiero más - mentí - tómala si quieres
- Él pertenece a ese pequeñísimo grupo de personas que poseen la maldita capacidad de hacerte sentir de una manera u otra con tan sólo unos segundos. Sólo necesitan un par de segundos para hacerte sentir la persona más afortunada del mundo y luego, otros dos segundos para deshacerse de tí. Así de fácil. ¿No crees que deberían castigarlo? A él y a todos los que son como él. - agarró mi copa, bebió lo que quedaba y le pidió al camarero otra de lo mismo - Debería haber una ley que nos protegiese, que protegiese a todos los que nos enamoramos de esos cabrones. Al menos así el dolor sería un poco menos "doloroso".
{...}

No hay comentarios:

Publicar un comentario