He tocado las estrellas -me dijiste susurrando, y tenías cicatrices que podían demostrarlo- Sólo soy lo que no quiero ser. Créeme cuando te diga, cambia de dirección.
¿Cuánto hace que nadie te besa como tiene que besarte? Hoy nos esperan besos a traición y ruido de ventanas abiertas. Ahora da lo mismo reirse por todo que llorar por nada. Y desde mi casa grito que, aunque pienso en abrazarte, que aunque pienso en ir contigo, el doctor me recomienda que no me quite mi abrigo.
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